La asignatura se da en 2º de Economía de la Universidad de Valencia, y lo que estamos presenciando en estos días es una clase de la misma en toda regla:
un gobierno socialdemócrata que ha tenido una muy buena legislatura en lo que a economía se refiere, y durante la misma se ha comportado de manera conservadora con los presupuestos, dispara el gasto público a falta de unos meses de elecciones.
La teoría de la asignatura se centra en dos coordenadas: inflación y desempleo. La misma dice que los gobiernos, sean del signo que sean, se pasan unos cuantos años durante la legislatura haciendo los deberes en materia económica, guardando la cartera de cara a los presupuestos y demás. Cuando queda un año para las elecciones, el gobierno en cuestión trata de poner de su lado a los electores aumentando el gasto público, lo cual hará bajar el desempleo, pero aumentará la inflación al ponerse más dinero en circulación, lo que hace que el dinero pierda valor. El desempleo se supone que baja debido a ese gasto público: ese dinero se utiliza para crear puestos de trabajo públicos que tal vez ya no sean necesarios tras las elecciones: para realizar las obras de una carretera que se inaugurará oportunamente justo antes de la cita con las urnas, por ejemplo.
Todo esto difiere un poco de la teoría, pero viene a ser algo parecido: el gobierno utiliza el herario público para ganar popularidad de cara a las urnas, aunque sea a golpe de talonario, no de generar empleo. Para efectos viene a ser lo mismo que liarse a hacer obras e inauguraciones durante ese último año. Lo mismo pero mejor, diría yo:
210 € al mes, ayuda para tener un piso como Dios manda, 2.500 € por hijo y otras medidas que estamos viendo iniciarse pueden irnos pero que muy bien a muchos.
Las ayudas al alquiler pueden hacer que haya un encarecimiento de los alquileres (sólo "pueden", el tiempo dirá), pero también pueden hacer que se produzca una fuga de la demanda de la compra a los alquileres de los pisos. Y eso podría hacer bajar el precio de los mismos para venta...
